*Un uniformado adscrito a la estación El Silencio y otro de Tránsito resultaron heridos.
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Por: Mayra Maestre
Redactora Judicial
Dos miembros de la Policía Nacional, uno adscrito a la estación del barrio El Silencio y otro a la de Tránsito, resultaron lesionados al ser alcanzados por las esquirlas de una granada de fragmentación lanzada por dos delincuentes motorizados en medio de una persecución.
Los hechos, en los que por poco pierden la vida los dos patrulleros, se registraron el domingo a las 8:15 p.m. en el sector de la calle 50 con carrera 35, barrio Lucero.
Uno de los uniformados afectados, patrullero Jader José Ternera Gómez, le contó al diario LA LIBERTAD, cómo en cuestión de segundos creyó que iba a morir.
«Un ciudadano nos alertó de que había una motocicleta con dos sujetos que no eran conocidos del barrio, que estaban en actitud sospechosa. Nosotros buscamos la vía que tenían esas dos personas. Mi compañero y yo, empezamos a perseguirlos, les dimos la orden de pare, ellos hicieron caso omiso. Más adelante uno de ellos nos tira la granada. Yo alcancé a dispararle, al reaccionar. Al que iba conduciendo le impacté en la pierna, pero siguieron andando. Mi compañero con la explosión se aturdió y bajamos la velocidad. Ahí empecé a sentir la pierna que no me funcionaba y fue cuando le dije a mi compañero que me sentía mal, que estaba herido. Recibí esquirlas en el muslo de mi pierna derecha y en la espalda.
Cuando pasó todo ya estábamos casi finalizando el turno. Terminábamos a las 9:30 y eso fue entre 8 y 8:15 p.m. Otro compañero de tránsito que se unió a la persecución, también le cayeron dos esquirlas en la espalda y otra en un pie», señaló el uniformado en medio de su recuperación en su vivienda y rodeado de toda su familia.
«Bueno, aquí nos mataron»
Cuenta el patrullero Ternera, que cuando vio que la granada rodaba en dirección de su compañero y él, sintió que ese instante era el último en su vida.
«Todo fue muy rápido. Estábamos en plena persecución y alcancé a ver cuando estos sujetos nos lanzaron el artefacto. De inmediato vi que se trataba de una granada y pensé lo peor, pues es un elemento muy peligroso. Alcanzo a alertar a mi compañero y le digo, hey pilas es una granada. Bueno, ya aquí nos mataron. Aquí morí», detalló el uniformado.
El fuerte sonido que generó la granada le produjo de inmediato dolor de cabeza y afirmó que el baúl que lleva la motocicleta oficial permitió que no recibiera más esquirlas en la espalda.
El patrullero agradece a Dios que lo protegió a él y a su compañero.
Hader José Ternera Gómez, cuenta con 36 años, de los cuales lleva 14 perteneciendo a la Policía Nacional.
Agregó que esta es la segunda vez que Dios lo salva. La primera fue unos años atrás, cuando en medio de un operativo recibió un balazo en el pecho. «Tenía el chaleco antibalas puesto y eso me salvó», agregó el patrullero, quien por el momento recibió cuatro días de incapacidad médica.
La Policía Metropolitana se encuentra adelantando las investigaciones relacionadas con estos hechos para dar con la captura de los responsables y establecer qué tenían planeado hacer con la granada que finalmente lanzaron contra los uniformados.
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