¿Quién mató a Álvaro Gómez Hurtado?

Las Farc confiesan autoría; Piedad Córdoba sabe quienes fueron. Mauricio Gómez insiste en Samper y Serpa, y arremete contra JEP.

Tamaña confusión ha creado la declaración de la exsenadora Piedad Córdoba al denunciar el atentado a sus escoltas y afirmar que ella sí sabe quién mató al líder conservador Álvaro Gómez Hurtado.

No habían transcurrido 24 horas desde la afirmación de Córdoba cuando el exsecretariado de las Farc, con la firma de Julián Gallo Cubillos, Pastor Álape Lascarro, Pablo Catatumbo Torres Victoria, radicara una carta ante la Sala de Reconocimiento de Verdad y Responsabilidad de la JEP asumiendo la autoría de los crímenes contra Álvaro Gómez Hurtado, Hernando Pizarro Leongómez, General Fernando Landazábal Reyes, Jesús Bejarano y José Fedor Rey alias ‘Javier Delgado’.

El próximo 2 de noviembre se cumplirán 25 años del vil asesinato de Álvaro Gómez Hurtado cuando salía de dictar clases en la Universidad Sergio Arboleda y se disponía a subir al carro que lo esperaba.

Hasta el día de hoy se han escrito acopiado en la Fiscalía más de 5.000 folios, se han escrito artículos, libros, folletos, y en general distintas versiones de quién pudo ser el autor intelectual y quién el material, dividiéndose las hipótesis en dos escenarios contradictorios.

Uno, el que encabeza con verticalidad Mauricio Gómez, hijo del jefe conservador, quien al armar el rompecabezas, dibuja siempre la casa presidencial del periodo comprendido entre 1994-98, y a su titular, el expresidente Ernesto Samper Pizano, con su principal alfil en el Senado de la República, Horacio Serpa Uribe, como los urdidores del magnicidio.

Escribe, habla a diario en los noticieros, para ratificar que fueron los gobernantes de turno los autores; y se radicaliza más después del anuncio de la exsenadora Piedad Córdoba de saber quiénes fueron los autores del crimen, lo que aprovecha para arremeter contra la JEP, como un escenario de impunidad que, si acoge la versión de las Farc, sería para tapar a los verdaderos autores, Samper y Serpa, que lo obsesionan.

Y en la orilla opuesta, liberales, samperistas de entonces, periodistas, y un sinnúmero de gente de opinión que creen que a Álvaro Gómez Hurtado lo mató un grupo de ultraderecha que le habría propuesto dar un golpe de Estado a lo cual el líder conservador se negó y los amenazó con denunciar la empresa criminal, razón suficiente para acallar su voz, asesinándolo.

Se suma ahora la confesión de las Farc al confesar haber tomado esa decisión –que califican hoy como errores de la guerra– al creer que Álvaro Gómez Hurtado era el hombre sectario, promotor de la violencia de los años 50 y del frente nacional, vocero de la ultraderecha colombiana, a quien debían eliminar de la política, acribillándolo a tiros.

Dejan un sinsabor a verdad a medias una u otra versión; tanto la carta de las Farc, al disparar una carta en medio de la conminación de la exsenadora Piedad Córdoba, en lugar de dar claridad al crimen suman una incertidumbre más, y la de Mauricio Gómez, por ser el resultado de odios políticos y del resentimiento explicable en su caso, por ser el hijo del inmolado líder conservador.

Dejan las Farc entreabierta la posibilidad de una componenda inconfesable con sectores de ultraderecha interesados en sacar del medio a Álvaro Gómez Hurtado quien los podía denunciar y develar el plan malévolo del putch contra Samper.

Como se ha convertido en tema de política actual, pretende Mauricio Gómez acusar a las Farc, y de paso arremeter contra Piedad Córdoba, bajo la hipótesis de haber actuado en nombre del exPresidente Samper Pizano, convirtiéndose en un brazo largo del sistema político que combatían, quedando como afiliados al gobierno de turno y a sus intereses más protervos como era la muerte violenta de un opositor que proclamaba que al Presidente no había que tumbarlo sino que debía “irse”.

Pero Gómez hijo no se queda en esa línea de las víctimas sino que va más allá y proclama acabar con la JEP.

Se trata de revolver el reclamo justo por la Verdad, en cuanto al crimen de su padre, agitando la bandera política de la oposición al Acuerdo de Paz y de paso por la abolición de la JEP, coincidiendo con quienes encuentran en la censurable muerte de su padre, el excandidato presidencial Álvaro Gomez Hurtado, una razón más para hacer “trizas” el proceso de paz y liquidar todo lo avanzado en confesiones de crímenes, masacres, desapariciones forzadas, denuncias, perdón, verdad, reconciliación, retorno de desplazados a sus tierras, resarcimientos ocurridos en el escenario de la nueva Justicia Transicional.

El país anhela el esclarecimiento de éste y todos los crímenes de lesa humanidad ocurridos en esa noche negra de recrudecimiento de la guerra intestina que sacrificó niños, jóvenes, mujeres, adultos de todas las edades, humildes y líderes sociales y políticos, entre esos el de Álvaro Gómez Hurtado, Manuel Cepeda, Carolina Vargas, Enrique Low Murtra, y miles de colombianos que siguen cayendo y nos avergüenza ante la comunidad internacional, pero sin hacer de esta lucha por la civilidad y la democracia, la consigna de los que quieren atizar más el conflicto, pregonando acabar con la Justicia Especial de Paz, desconociendo, unos, temiendo, otros, que se sepan verdades dolorosas o que puedan verse comprometidos personajes que no quieren que se sepa la verdad de sus procederes por ello prefieren acallar la Justicia.

Diga lo que sepa exsenadora Piedad Córdoba..!!

Declaren la Verdad, señores de la Farc, que es la Toda y Nada Más que la Verdad…!!!!

El país necesita saber este hecho y muchísimos más impunes.

La JEP es el escenario donde el país ha conocido más verdades trascendentales en el más corto tiempo de funcionamiento de cualquier otra Corte en su historia judicial.

Que hablen los actores en la JEP..!!!

JR

#DIARIOLALIBERTAD