Hablemos de Seguridad del Paciente

Por: Melina Castrillo

La Seguridad del Paciente comprende muchas dimensiones, pero el impacto más grande en este programa dentro de las instituciones clínicas lo dan dos componentes fundamentales: la ética profesional y la calidad del servicio. Tanto hemos escuchado el concepto de ética profesional, y debe ser reconocida como normas aplicadas al ejercicio profesional, es decir, donde se establecen los deberes de quienes realizan el trabajo. Esto va directamente relacionado con la práctica de la seguridad del paciente, ya que para desarrollar las estrategias con fines proactivos los participantes deben tener claras sus tareas y cómo desarrollarlas. En caso de que existan dudas, este mismo programa debe acaparar la necesidad de capacitación y entrenamiento y solventarla, fomentando de esta forma un cierre total en el ciclo de formación de los profesionales y generando experticia en ellos, ya que es clave reconocer que para ejercer SP debemos conocer y saber hacer.

La ética profesional se mezcla de una forma fantástica con la calidad del servicio. Un servicio es de calidad cuando todos aquellos procedimientos satisfacen al usuario que accede a un servicio, desde la efectividad del tratamiento hasta el buen trato profesional-paciente. Si tenemos a un usuario satisfecho con los cuidados clínicos que le brindamos, como lo mencioné anteriormente, habremos cerrado el ciclo de la atención exitosa a nuestro cliente. En algunos casos por razones más dependientes de la condición del paciente, el resultado no es el esperado. Ante casos así la evaluación debe ser lo suficientemente objetiva para juzgar los cuidados médicos, reconociendo si realmente la atención fue o no de calidad y/o si no se escatimaron las medidas para ayudar al usuario a mejorar durante el curso de su enfermedad.

Así entonces, gestionar los programas de SP desde la ética profesional y la calidad del servicio nos conduce a un camino de éxito en los servicios de salud, sin olvidar que ambos componentes están ligados a la vocación que debe caracterizar al profesional. Por eso cuando estemos viviendo la experiencia de la atención sanitaria debemos exigir cuidados con calidad y suficiencia, siendo objetivos y realistas.

Si analizamos lo expuesto con relación a la situación pandémica actual, podemos entrar a evaluar si los cuidados que se le dan a un paciente son los más adecuados, Sí; y esta claro que bajo una lupa que muestre los procesos ante el Covid-19, aun en Colombia estamos crudos en la capacidad de atención en los centros de salud; sin embargo, esto no justifica una mala atención. Desde mi formación y experiencia he logrado probar que más vale una información veraz al paciente y sus cuidadores sobre las posibilidades o imposibilidades de la atención requerida, que una atención con vacíos informativos y pacientes/familia que desconocen situación real, pasos a seguir y además reciben un trato poco cálido.

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