13 miembros del CSNU se oponen a la petición de EE.UU. para activar mecanismo de snapback

El fracaso de EE.UU. a la hora de imponer su borrador de resolución al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) para extender el embargo de armas a Teherán ha llevado a Washington a pedir la activación del mecanismo de snapback (retorno automático de las sanciones del CSNU contra Irán), lo que ha sido rechazado por la mayoría abrumadora de los miembros del Consejo.

Un día después de que EE.UU. presentase formalmente una solicitud al CSNU para restablecer las sanciones levantadas en virtud de la Resolución 2231, 13 miembros, incluidos cuatro miembros permanentes y nueve no permanentes, declararon explícitamente que esta petición carece de base legal.

Cinco miembros del Consejo, es decir Rusia, China, Francia, el Reino Unido y Alemania, que, junto con Irán, permanecen en el acuerdo nuclear iraní, de nombre oficial Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés), reiteraron su rechazo explícito al enfoque unilateralista y egocéntrico de Washington hacia este pacto, que es un tema multilateral.

Lo importante es que la Administración de Donald Trump imaginaba que las amenazas de su secretario de Estado, Mike Pompeo de imponer sanciones a países que se opongan a la petición norteamericana de activar el mecanismo de snapback, les obligarían a retroceder.

Pero ahora se ha dejado en claro que Washington estaba equivocada, ya que incluso los pequeños países miembros no permanentes del CSNU han tomado postura contra EE.UU. En cartas al Consejo, las Misiones de Sudáfrica, Túnez, Níger, San Vicente y Granadina y Vietnam han considerado que la petición de Estados Unidos para activar el mecanismo de snapback contra Teherán carece de los requeridos términos legales.

Cuatro de los cinco países mencionados emitieron en una carta conjunta donde precisaron que EE.UU. decidió en mayo de 2018 abandonar el JCPOA, por lo que no cumple los requisitos estipulados en la Resolución 2231 para presentar una notificación al CSNU pidiendo el inicio del proceso de snapback.

Según opina Daniel DePetris, experto político estadounidense, “la miopía de la política exterior estadounidense se hizo patente en el caso de la ONU e Irán. Si EE.UU. quería activar el mecanismo de snapback en 2020, entonces no debiera abandonar el JCPOA en 2018”.

Ello demuestra que incluso los países pequeños ya no temen las amenazas de EE.UU. y destacan la ilegalidad de sus demandas antiraníes.

De hecho, en la época de Trump, debido a sus políticas unilaterales, que en muchos casos han ido en contra de los intereses de la comunidad internacional o de un gran grupo de países, la tendencia de crítica y rechazo a este enfoque estadounidense ha alcanzado su punto álgido.

La retirada de EE.UU. del Acuerdo Climático de París o su retirada unilateral del JCPOA en mayo de 2018, son dos ejemplos importantes de tales acciones egocéntricas y unilaterales de la Administración de Trump, que han chocado con una respuesta negativa de la comunidad internacional, ya sean los rivales o los socios de Washington. Sin embargo, en el caso del JCPOA, esta confrontación entre la comunidad internacional y EE.UU. ha alcanzado su punto culminante.

Aparentemente, Washington no ha tomado lección de su fracaso anterior en el CSNU, ya que todavía está tratando de probar a los miembros del mismo a fin de ganar su apoyo para activar el mecanismo de snapback. El secretario de Estado, Mike Pompeo pidió formalmente el 20 de agosto a la ONU restablecer contra Irán las sanciones estipuladas en las resoluciones anuladas del Consejo, recurriendo al snapback.

Empero, la perspectiva de esta a medida por de la Administración de Trump ya está clara. En un análisis titulado “en lugar de aislar a Irán por el acuerdo nuclear, el propio EE.UU. quedó detrás de la puerta”, el New York Times publicó que “los aliados y enemigos de Washington, todos juntos se negaron a aceptar la solicitud de reimponer sanciones a Irán y minaron, potencialmente, la autoridad global de EE.UU.”.

Esto sucede mientras Washington no deja de insistir en su enfoque coercitivo. Al respecto, Brian Hook, el saliente representante especial para Irán del Departamento de Estado, afirmó el viernes que “no necesitamos el permiso de nadie para iniciar el proceso de snapback; el rechazo o el apoyo de otros países no surte efecto en la decisión de Washington”.

Pese a este absurdo alegato y tras la solicitud de Pompeo; Rusia, China, el Reino Unido, Francia, Alemania, Bélgica, y más tarde los demás miembros del CSNU, excepto la República Dominicana, enviaron misivas al Consejo, manifestando que la medida estadounidense no tiene base legal y no debería considerarse como válida.

De esta forma, cuatro miembros permanentes y siete miembros no permanentes del CSNU se han opuesto explícitamente a la solicitud de Estados Unidos. Richard Haas, presidente del Consejo de Relaciones Exteriores de EE.UU., tuiteó que “no se puede dejar el JCPOA y luego buscar sus beneficios”. El lema “Estados Unidos primero” se ha convertido, de hecho, en “Estados Unidos solo”, y el unilateralismo en la política exterior ha aislado a EE.UU. en lugar de aislar a Irán.

Ref.Parstoday

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