Las horas van pasando y el dolor aumenta para los pobladores del corregimiento de Tasajera. Durante la noche del lunes y madrugada de ayer martes dos hombres más perdieron la lucha contra la muerte en las clínicas de la ciudad.
El informe de las autoridades indica que los dos fallecimientos se registraron en la Clínica Reina Catalina de Barranquilla.
Las víctimas de las últimas horas son Luis Gutiérrez González, de 25 años y Gilberto Fernández Mejía, de 42 años.
En la ciudad se mantienen internados 7 pacientes en las Unidades de Cuidados Intensivos de la Clínica Reina Catalina Barranquilla: 5 pacientes y en el Camino Distrital Adelita de Char MiRed Barranquilla IPS: 2 pacientes.
Esta vez la tristeza tocó a la familia del joven Luis Gutiérrez González, quien se dedicaba al oficio del mototaxismo en esa localidad.
Para Wendy Gutiérrez esta tragedia los tiene consternados, en su dolor recordó a su hermano como una persona alegre, llena de vida y muy amable, porque «se daba con todo el mundo».
Dijo que horas antes de la tragedia, su hermano estaba en Ciénaga en una cita con la esposa, cuando recibió una llamada del accidente y se fue con unas pimpinas para extraer la gasolina.
»El día de la tragedia se encontraba en Ciénaga acompañando a la esposa a una ecografía del bebé y lo llamaron al teléfono a decirle que se había volteado un carro y que cogiera unas pimpinas, él cogió la moto y se fue con otros dos jóvenes», relató con tristeza.
Al parecer, el joven no alcanzó a bajarse de la moto cuando la explosión lo tocó; »él no se alcanzó a bajar de la moto, las llamas le llegaron y le produjeron un 79% de quemaduras en su cuerpo», explicó.
De igual modo manifestó que cuando le avisaron ella se fue al centro asistencial y logró hablar con él y le preguntó que si se sentía bien «y me respondió que sí, qué, solo sentía dolor, él estaba consciente», señaló.
Por otro lado, se mostró indignada con la atención de la clínica donde se encontraba, porque tardaban en darle los reportes de su estado de salud; »siento que la clínica fue negligente porque nos estaban dando un reporte cada 30 horas, siendo que era una persona que estaba bastante delicada».
Además, »desde el primer día que llegamos nos decían que estaba bien, que estaban evolucionando bien y de un momento a otro que lo intubaron, que tiene problemas renales, no entiendo», dijo.
Su deceso se produjo por la complicación de las quemaduras que fue agravando su estado de salud y terminó con un paro cardiaco.
La hermana se encontraba a las afueras de Medicina Legal esperando la entrega de su cadáver, para darle cristiana sepultura.
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