Es evidente que las necesidades de miles de hogares de Colombia son abundantes y que seguramente crecerán por las restricciones económicas originadas por las medidas sanitarias aplicadas en el marco de la titánica lucha para contener la arremetida del peligroso coronavirus.
Sin embargo, la decisión del gobierno, en el sentido de concentrar sus esfuerzos en todos aquellos compatriotas con mayores carencias, se puede considerar la política pública más adecuada en esta situación de emergencia.
Hay que seguir pensando en ese 90% de pequeños y medianos empresarios que generan el 80 por ciento de los puestos de trabajo en el país y que en esta coyuntura seguirán necesitando del apoyo de todos.
En este caso el Estado en cabeza del Presidente Iván Duque, tiene la responsabilidad de continuar con la inaplazable tarea de reforzar el sistema de salud, con su gigantesco costo social, compensar financieramente a los afectados por el traumatismo que está sufriendo la economía y simultáneamente mantener en pie de lucha el aparato productivo.
El subsidio y los apoyos para los independientes tienen serios problemas de identificación y el contacto de los beneficiarios y aunque los fondos se encuentran en gran parte garantizados, la gerencia de esos beneficios debe emplearse a fondo en función de quienes no tienen un ingreso estable ni reciben subsidio de ninguna naturaleza.
Resulta muy optimista observar que el sistema de salud ha ganado cierto terreno en la urgente necesidad de ampliar su capacidad de camas hospitalarias, con el apoyo del sector hotelero, y resulta esperanzador que los científicos colombianos, académicos y empresarios estén avanzando en la producción nacional de respiradores y aunque existe un clamor del personal médico frente a su propia protección, últimamente el sistema de salud ha demostrado su compromiso y heroísmo
A propósito, el departamento del Atlántico ha sido pionero en este tópico, es así como en acuerdo con el Fondo Nacional de Turismo–Fortur, se propone suscribir un convenio con la Gobernación y con otros entes territoriales, con el propósito de proporcionar alojamiento al personal médico en el sector hotelero.
Se constituye en una positiva noticia, que ya se han firmado sendos convenios para que varios hoteles en Barranquilla, Santa Marta, Cartagena y otras ciudades, sean habilitados para hospedar al personal médico asistencial luego de sus intensas y agotadoras jornadas de trabajo.
De esta manera el sector hotelero, uno de los más golpeados en esta temporada de coronavirus, tendrán un alivio, si tenemos en cuenta que este renglón de la economía está prácticamente extinguido como consecuencia de las necesarias restricciones.
Esta decisión se puede catalogar como una especie de salvavidas que se le lanza al sector hotelero y como una oportunidad para la reanudación paulatina de su actividad productiva, especialmente en nuestra costa Atlántica, considerada como un natural atractivo turístico de todos los colombianos.
Ya era hora que se le diera la importancia que se merecen los médicos, enfermeras, terapeutas respiratorios, auxiliares, investigadores, personal de servicios generales y otros que no pueden abandonar su puesto de trabajo porque su presencia y participación son imprescindibles.
Ellos conforman el conglomerado más comprometido, altamente vulnerable y más expuesto al contagio. A estos héroes y heroínas anónimos les debemos un merecido reconocimiento, agradecimiento, colaboración y al menos el acato de sus recomendaciones y sugerencias.
La incertidumbre producida por la contingencia que se vive en el mundo con la presencia del coronavirus, nos ha llevado a que cada cual busque la manera de ponerse a salvo y poco se le estaba imprimiendo la atención a los profesionales de la salud que a diario están expuestos a los peligros que representa el peligroso virus, ya era hora.