El Jueves Santo del 2020 no seguirá los ritmos habituales en casi ningún lugar del mundo. La crisis del coronavirus ha arrasado con la normalidad en 184 países y, a 9 de abril, los estudios hablan de 1,5 millones de contagiados a lo largo y ancho de todo el globo. La cifra de fallecidos es dramática, 91.783. Y va en aumento. También crece la de recuperados, que se estima en algo más de 344.000, según la Universidad Johns Hopkins. Pero el coste humano ya ha sido altísimo.
Estados Unidos se ha despertado de nuevo como el país con más afectados, más de 430.000, y suma ya unos 15.774 fallecimientos. Nueva York sigue en el punto de mira como epicentro de la pandemia en el país. Con más de 7.000 fallecimientos en este estado a causa del COVID-19, el nuevo virus ya se cobró el dobre de vidas que el 11S.
España, con más de 152.000 casos confirmados en el territorio nacional y más de 15.774 fallecidos, mantiene la segunda posición en este triste ránking, en el que Italia completa el podio (con cerca de 144.000 infectados y unas 18.300 muertes).Más allá de los números, este jueves 9 de abril ha amanecido en el mundo con Italia programando la segunda fase de control de la epidemia a pesar del repunte de fallecimientos registrado hoy, mientras los británicos esperan que su gobierno anuncie la prórroga de las medidas de confinamiento. La Justicia alemana ha negado a un grupo ultracatólico la celebración de misas en Semana Santa. Y en Portugal están desbordados por la demanda de ataúdes para España. El COVID-19 golpea con fuerza en Europa, donde ya no queda ningún país sin víctimas mortales después de que Malta, el último reducto, registrase sus primeros fallecimientos, una mujer de 92 años y un hombre de 79.
Fuera de las fronteras europeas, en Wuhan (China) se han registrado dos nuevos fallecimientos. Rusia ha superado la barrera de los 10.000 casos, mientras India confinará 20 puntos calientes. Y, en África, se enfrentan al coronavirus con solo 5.000 ucis, cinco por cada millón de habitantes.
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