Su nombre Joshua Echeverri Gutiérrez, nacido en Cali en octubre 7 de 1998 y residenciado hoy en Malambo, Atlántico, por más de veinte años ha combatido una malformación congénita en la tibia con osteomielitis, es decir inflamación del hueso, que le obliga a calzarse con plataforma y además presenta una neurofibromatosis o sea manchas en la piel desde los siete días de nacido. Lo han operado veinte veces, es decir una operación cada año y en pocos días le van a realizar otra cirugía, Joshua tiene hoy 21 años y cursa el tercer semestre de Regencia en farmacia, en la Universidad del Tolima.
Tanto el muchacho como su mamá Roxana Gutiérrez han estado aferrados a los designios de Dios orándole por su salud, su tíos los misioneros cristianos Rafael Gutiérrez y su esposa Martha Elías, se han unido a estas oraciones para que Joshua salga bien de la próxima cirugía, que se espera sea la última y esto solamente lo sabe Dios. Joshua ha soportado con estoicismo estas patologías toda su vida, sin embargo no se da por vencido, continúa su lucha, su familia en cabeza de su madre, esperan con optimismo y fe que la mano de Dios sea la del cirujano que hará la intervención quirúrgica que se avecina. Somos conscientes de que este plus de sufrimiento de Joshua no ha sido un obstáculo para que su vida sea normal, lo consideramos un batallador, un héroe, no se dejó encasillar durante su infancia, dado a que no narraba su enfermedad ni transmitía la experiencia de su padecimiento, al contrario demostraba mucha fortaleza, su niñez la vivió en Malambo, donde departía con sus amigos, con sus habilidades innatas se insertó en la sociedad que lo rodeaba, llena de alegría, con mucho compañerismo, de buenos vecinos, recuerda su infancia y adolescencia muy gratamente, pese al número de visitas que realizaba a la clínica todos los años, siempre acompañado de su mamá que nunca lo dejó solo, nos imaginamos a su madre cada vez que Joshua terminaba un año escolar, hasta obtener el diploma de secundaria, pese a la rudeza de la enfermedad, verlo sonreír para su madre era suficiente, eso lo paga todo. Logró proseguir sus estudios superiores con mucha energía y pronto terminará su regencia en farmacia. Verlo cada semestre retomando sus cuadernos, sus apuntes, estudiando, consultando internet, para superar una asignatura, es suficiente para decir que Joshua es un batallador, esto es un logro que solamente él pudo obtener, esa actitud es confortable y admirada, es ejemplar. En su próxima visita al quirófano seguro que será batallando con fe, la esperanza de mejorar están dadas, gracias a la actitud de Joshua, no está solo, tiene unos eternos acompañantes el Padre Celestial y su hijo Jesucristo. Joshua con sus valores y principios cristianos, con sus buenas acciones será recompensado por Dios, con su pronta y merecida mejoría. Desde estos modestos comentarios te decimos: “Sigue sonriendo Joshua, de seguro que esa sonrisa te estimula internamente y estimula a su mamá. Nosotros te admiramos”.
Este artículo se lo debíamos a Joshua hace tiempo, le deseamos su pronta recuperación
P/D: Cada vez que mi hija Marta Elías y su esposo Rafael Gutiérrez nos visitan semestralmente, nos da la impresión que la figura del hijo de Dios, mora en la casa.











