Cayeron seis de 'Los de San Roque', sindicados de extorsión y homicidios en barrios del suroriente

Una operación adelantada por parte del GAULA de la Policía Nacional permitió afectar de manera contundente a la que era considerada como la célula más temeraria al servicio del grupo de ‘Los Costeños’, denominados como ‘Los de San Roque’.
Según las autoridades, estas personas tenían atemorizados a los establecimientos comerciales, teniendo como objetivo principal a los tenderos del suroriente de la ciudad de Barranquilla.
Luego del asesinato de del tendero Gerardo Reyes Vega, de 58 años, en hechos registrados el pasado 24 de febrero, tras negarse a pagar extorsiones, el Gaula de la Policía se puso como objetivo hallar los culpables de atroz asesinato.
Antes del atentado se había logrado identificar a un grupo de delincuencia común denominado “Los de San Roque”, quienes empezaron a delinquir en la capital del Atlántico en enero del 2019, llegando a diferentes establecimientos con arma de fuego, obligando a los tenderos a cancelar una cuota extorsiva a cambio de no atentar en contra de su vida y no causar daños materiales a los locales.

Entre los primeros resultados que llevaron a la lucha frontal en contra esta estructura, se dieron las capturas de alias “JJ”, encargado de ordenar y coordinar el pago de las exigencias a los diferentes gremios mediante llamadas telefónicas, declarando como objetivo a todo aquel que no cediera a sus amenazas, especialmente en los barrios San Roque, Chiquinquirá, Montes y Plaza De San Nicolás.
Otro integrante que siguió como tarea por parte de los uniformados fue alias “Jasser”, quien sería el sicario de la organización, encargado de ejecutar los atentados con armas de fuego en contra los comerciantes. A este hombre se le atribuyen los hechos sucedidos el pasado mes de enero en dos tiendas del barrio San Roque.
Según la Policía Metropolitana de Barranquilla ‘Los De San Roque’, con el pasar del tiempo fueron extendiendo su accionar criminal hacia los hoteles, restaurantes, papelerías, farmacias, vendedores ambulantes informales, trabajadoras sexuales, licoreras, bares, discotecas y billares, generando intimidación a las víctimas con la entrega de panfletos escritos a mano, donde aseguraban que iban de parte del comandante José Guerra, y que aquel que no atendiera a sus pretensiones sería ajusticiado a punta de “plomo”, según sus palabras.
Las exigencias por parte de los delincuentes consistían en pedir una matrícula de 5 millones de pesos, a lo que posteriormente los extorsionados debían cancelar la suma de 50 mil pesos de manera semanal, con la fachada de recibir una supuesta seguridad a los establecimientos comerciales.
En total el Gaula de la Policía recibió más de 10 denuncias por parte de los dueños de diferentes lugares, los que permitieron a los investigadores del Gaula consolidar suficiente material de prueba a través de labores de inteligencia e investigación criminal.
En los operativos adelantados por la Policía, fueron capturados otros cuatro integrantes de esta estructura, entre los que se encuentran, alias ‘El sobrino’, quien tenía la misión de entregar los panfletos, además de cobrar extorsiones al sector hotelero y moteles; alias ‘Silvana’, ‘Geraldin’ y ‘El Mono’, encargados de reclamar el dinero producto de las extorsiones, quienes fueron presentados ante la autoridad competente por los delitos de Concierto para delinquir agravado con fines de extorsión, extorsión agravada y tentativa, fabricación, porte o tenencia de armas de fuego.
«Por inteligencia sabemos que este delincuente, alis ‘JJ’, el jefe de esta organización, era el responsable de ordenar las muertes y de también participar en algunas muertes y atentados contra la integridad de estos comerciantes», señaló el brigadier general Fernando Murillo, director del Gaula de Policía del Atlántico.
Así mismo, el alto oficial detalló que tanto las mujeres como los hombres capturados eran los que pasaban por las tiendas, por los hoteles, con el fin de intimidar a los propietarios de estos negocios y exigirle sumas de dineros amenazándolos de muerte si se negaban

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Brigadier general Fernando Murillo, director Gaula del Atlántico.

Comenzaron en el 2019

La Policia informó que la banda ‘Los de San Roque’ habían comenzado a delinquir en Barranquilla en enero de 2019, llegando a diferentes establecimientos con arma de fuego, obligando a los tenderos a cancelar una cuota extorsiva a cambio de no atentar en contra de su vida y no causar daños materiales a los locales.

En aquel momento, entre los primeros resultados que conllevaron a la lucha frontal en contra esta estructura, se dieron las capturas de alias “JJ”, encargado de ordenar y coordinar el pago de las exigencias a los diferentes gremios mediante llamadas telefónicas, declarando como objetivo a todo aquel que no cediera a sus amenazas, especialmente en los barrios San Roque, Chiquinquirá, Barrio Montes y Plaza de San Nicolás.

Otro integrante que siguió como tarea por parte de los uniformados fue alias “Jasser”, quien sería el sicario de la organización, encargado de ejecutar los atentados con armas de fuego en contra los comerciantes. A este hombre se le atribuyen los hechos sucedidos el pasado mes de enero en dos tiendas del barrio San Roque.

Panfletos escritos  a mano

Investigando los antecedentes se logró establecer después de labores de inteligencia e investigación criminal, que los integrantes de “Los de San Roque”, con el pasar del tiempo fueron extendiendo su accionar criminal hacia los hoteles, restaurantes, papelerías, farmacias, vendedores ambulantes informales, trabajadoras sexuales, licoreras,  bares,  discotecas y billares, generando intimidación a las víctimas con la entrega de panfletos escritos a mano, donde aseguraban que iban de parte del comandante José Guerra, y que aquel que no atendiera a sus pretensiones sería ajusticiado a punta de “plomo”, según sus palabras.

Las exigencias por parte de los delincuentes consistían en pedir una matrícula de 5 millones de pesos, a lo que posteriormente los extorsionados debían cancelar la suma de 50 mil pesos de manera semanal, con la fachada de recibir una supuesta seguridad a los establecimientos comerciales.

Fueron más de 10 denuncias por parte de los dueños de diferentes lugares, los que permitieron a los investigadores del Gaula consolidar suficiente material de prueba a través de labores de inteligencia e investigación criminal.

Otros de los capturados fueron alias “El Sobrino”, quien tenía la misión de entregar los panfletos, además de cobrar extorsiones al sector hotelero y moteles; alias “Silvana”, “Geraldin” y “El Mono”, encargados de reclamar el dinero producto de las extorsiones.

Estas personas fueron presentadas ante la autoridad competente por los delitos de concierto para delinquir agravado con fines de extorsión, extorsión agravada y tentativa, fabricación, porte o tenencia de armas de fuego, accesorios, partes o municiones, homicidio y homicidio tentado.

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