Por estos días en redes sociales, se ha vuelto viral un video correspondiente al año pasado que da muestras cómo en Cusco, Perú, una madre con su teléfono celular, grabó la manera que sometía a torturas e intentos de ahogo a su bebe de tan solo 7 meses de nacido, todo para enviar los videos al padre de la criatura, quien los habría abandonado hace algún tiempo, logrando ser capturada por las autoridades peruana después de un largo mes.
Lo anterior, cobra vigencia por estos días, que aunque a destiempo, trae a colación el reciente caso escalofriante por parte de Óscar Eduardo Orjuela Pinzón, de 19 años, padrastro de un bebe de 22 meses de nacido en Bogotá, quien ante un juez dela república, reconoció el crimen en medio de la audiencia, sin mostrar ningún tipo de arrepentimiento, luego que durante 5 días, golpeó y torturó hasta acabar con su vida.
En Colombia el flagelo el maltrato a los niños, se ha convertido en algo común, un país donde se viene perdiendo la sensibilidad humana, pero lo más triste y extraño a la vez, es que el maltrato viene de parte de los mismos padres.
Pero se preguntaran, qué tienen en común estos dos casos?
A pesar que en el caso del Perú, el bebé no perdió la vida, sí pudo dejar secuelas a nivel neurológico por la maltrato al que fue sometido por pare la progenitora, teniendo en cuenta que la masa encefálica es mucho más sensible que la de un adulto, esto, sin contar que el bebe pueda llegar a ser prematuro, mientras que desafortunadamente, para el caso de Colombia, el bebe perdió la vida a manos de un desalmado, que sin muestra de arrepentimiento, acepto su crimen.
La ley en Colombia frente a estos terribles casos de abusos contra bebes, debe ser implacable y estricta en su cumplimiento, tanto para padres, como para quien llegue a cometerlo.
#DIARIOLALIBERTAD











