En la versión de 2020 del Carnaval de Barranquilla, el disfraz El Descabezado llega a sus 66 años de estar representando la gran metáfora de Jorge Eliécer Gaitán y haciendo gozar a millones de barranquilleros y visitantes que participan en el bullicio carnavalero de la Batalla de Flores, la Gran Parada y otros espectáculos.
El Carnaval de Barranquilla como estado de la locura colectiva y festiva del ser caribeño y latinoamericano, hace parte del sentido común que está socialmente elaborado con contenidos simbólicos; su función no sólo orienta las conductas de las personas en su vida social y festiva, sino también en las formas de organización y comunicación, expresadas en las representaciones y en las prácticas sociales, históricamente construidas a través del Carnaval de Barranquilla.
Pero ¿cuál es el contexto histórico de donde nace el disfraz El Descabezado?
Este tiene su origen en los hechos políticos de la liquidación de la república liberal y la violencia política que se desató a raíz del magnicidio de Jorge Eliécer Gaitán, la entronización de la dictadura Rojaspinillista, así como la gran inmigración de ribereños hacia Barranquilla un aspecto que influyó sobremanera en lo que es hoy la fiesta carnavalera.
Inmigrantes de las riberas del Magdalena
Entre esta masa de inmigrantes riberanos llegó la familia Escorcia Salas para habitar una casa humilde del barrio San Roque, un eje popular con sus salones burreros y con la influencia del Torito de Rebolo.
Ismael Escorcia Medina, el primogénito de esta familia, nacido el 17 de febrero de 1930 en Calamar – Bolívar, un día del festín del rey Momo, cuya dinámica estaba más conectada con el puerto de Barranquilla que con la colonial Cartagena, heredó la constitución fornida de su padre, un artesano liberal nacido en Hatoviejo, Bolívar, así como el espíritu cordial y paciente de su madre, una agraciada campesina nacida en Suan, Atlántico.
Este joven vivió de cerca en su adolescencia los estragos de la violencia conservadora y el temor de los mitos de signos de horror como el hombre sin cabeza de Tenerife, la llorona loca de Tamalameque, el hombre que se volvió caimán en Plato, Tomasita, la niña que se llevó el caimán en Ciénaga Magdalena, etc., por lo que absolvió el fervor del espíritu liberal de su padre Manuel Escorcia, un artesano y músico que hacía hamacas como las de ahora en San Jacinto.
Esta pasión la cultivó una vez se radicó en la Arenosa en la década de los cincuenta del siglo pasado, en la que siguió de cerca la pasión de los costeños por el líder Jorge Eliécer Gaitán, a quien acompañaba en sus correrías desde el aeropuerto de Lanza -hoy barrio Simón Bolívar- por la avenida 17 y la calle de las Vacas, hasta las voraginosas manifestaciones en el Paseo de Bolívar, donde en aquella época terminaba el recorrido de la Batalla de Flores los sábados de carnaval.
Representación de la muerte de Gaitán
Su muerte acontecida el 9 de abril de 1948, generó la frustración del pueblo liberal compuesto por proletarios, artesanos y campesinos urbanizados, lo cual marcó un hecho simbólico en su intencionalidad mental con lo que le nació el deseo de hacerle un homenaje por medio de un singular disfraz para revivirlo y reinventarlo cíclicamente en el universo simbólico del carnaval, conservador y segregacionista que vivió desde su mocedad en esta ciudad que lo acogió desde sus quince años y en la que formaría un hogar que ramificó la tradición de su ingente, creativa y patentizada imagen de El Descabezado, el que fue reconocido como rey Momo de 2007 en cabeza de su hijo Wilfrido Escorcia Medina, cuya dinastía transita por la tercera generación.

¿Cuál es la representación del disfraz de El Descabezado?
En la génesis de El Descabezado que salió de la imaginación de Ismael Escorcia, se produce la representación duplicada con metáfora política de la revolución liberal que significaba Jorge Eliécer Gaitán desde su cruento magnicidio que truncó los lazos afectivos y políticos entre la cabeza del líder con su cuerpo que representa las bases populares. Este disfraz representa la dualidad y unicidad truncada a raíz de la muerte violenta del líder popular.
Su actor principal y creador del representativo disfraz de la crítica política, Ismael Escorcia nos explicó cómo funciona la representación indicadora y aparecedora de su disfraz en un escenario festivo que con el tiempo labraría la semilla del ser patrimonial de la Unesco.
¿Cuándo nació la idea del disfraz de El Descabezado?
“Desde 1950 comencé a estudiar como llevar a la pantalla del carnaval una representación del caos nacional y hacer un homenaje alegórico a nuestro líder Gaitán, en el carnaval de 1952 tuve la idea de hacer algo para mostrar el sentimiento por Gaitán para mantenerlo vivo.
El pueblo, las clases populares regresan a la vida a Gaitán en El Descabezado por medio de un disfraz de crítica política simbólica ante un pueblo con incertidumbre de su incierto futuro, ya que cada vez que sale El Descabezado en el Carnaval de Barranquilla es como si el disfraz le prestara el cuerpo a Gaitán para que este regresase a la vida en carnaval para protestar en contra de las oligarquías tradicionales”.
En el Carnaval de 2020, este tradicional disfraz llega a los 66 años de estar representando la gran metáfora de Jorge Eliécer Gaitán y haciendo a gozar a millones de personas en el bullicio carnavalero de la Batalla de Flores, la Gran Parada y otros espectáculos de la fiesta del dios Momo.
#DIARIOLALIBERTAD











