En esta época, la persistencia de los grupos delincuenciales de atentar contra la tranquilidad de la ciudadanía está logrando unir a los barranquilleros para combatirlos, no solamente con el accionar directo de la Fuerza Pública, sino también a través de la información oportuna, que con el paso del tiempo se está convirtiendo en un arma cada vez más poderosa.
Los delincuentes no pierden oportunidad para actuar, pero igual saben que en cualquier momento pueden caer y es muy probable que sean quienes están a su alrededor, los encargados de denunciarlos e impedir que concreten sus propósitos.
De ahí la importancia que la comunidad se organice para protegerse de todos aquellos que la amenazan, organización que por supuesto debe ser coordinada por las autoridades competentes, para que no se presenten situaciones irregulares como los enfrentamientos entre los mismos habitantes.
Es demasiado lo que está por hacerse en esta materia, de ahí la importancia de que sea la Administración Distrital la encargada de encaminar las medidas para prevenir e intervenir la delincuencia y la violencia urbana.
La experiencia de Barranquilla como ciudad víctima de la violencia en sus calles, tal como sucede en muchas ciudades capitales del país, será ampliamente comentada, y aunque no sea exactamente ese el estado ideal deseado por los colombianos en general, sí es un buen ejemplo para tener en cuenta dentro del ejercicio que se viene adelantando.
No será, por supuesto, ese conjunto de medidas el que ofrezca la totalidad de las herramientas para poner punto final a una situación que todavía está lejos de ser controlada plenamente; pero sí será un paso significativo en la dirección correcta.
Organizar esa iniciativa es ideal para exponer casos concretos relacionados con bandas delincuenciales que se desplazan por todos los rincones de nuestra Región Caribe; pero también para abordar la temática de la resocialización, así como la generación de ideas y espacios para que quienes delinquen retomen el camino correcto.
Este fenómeno no es de ahora; los enfrentamientos entre estas bandas delincuenciales, la presencia de desmovilizados y las pugnas por el control del expendio de drogas, son hechos inocultables en nuestra ciudad. Los grupos criminales siguen actuando de la misma manera como lo han venido haciendo desde hace varias décadas.
En muchos barrios de Barranquilla persisten desde hace ya muchos años estos enfrentamientos, sin que se haya realizado una intervención real, no sólo para controlarlas en materia de orden público, sino para deshacer esas redes y reincorporar a la civilidad a quienes pertenecen a dichas bandas.
Las oportunidades que les brinda estar al servicio del dinero fácil ha hecho que buen número de jóvenes de una generación estén ingresando a estos grupos delictivos.
Desde hace varios años venimos llamando la atención respecto al temor que existe en cuanto a lo que ocurre en estas barriadas, termine siendo un problema de marca mayor.