Por TATIANA ÁVILA
Esta ciencia auxiliar de la filosofía presta su apoyo al filósofo del derecho, en el sentido de que le permite que identifique los valores de una sociedad. En otros términos, la axiología es el estudio de los valores de una sociedad. Esta axiología es de suma importancia porque es la encargada de clarificar los principios y valores presentes en una Constitución política. Estos valores fundamentales de una Constitución son: el orden, la justica, paz, seguridad, libertad y bien común.
Como principal valor está la justicia, considerada como valor jurídico por excelencia. La justicia es el valor más importante para establecer normas. Los valores jurídicos tratan de materializar el cumplimiento de la justicia, dependiendo de la posición filosófica que se adopte. Es decir, para un positivista (quien cree que la justicia reside en la letra de la ley), el valor justicia se cumplirá toda vez que la letra de la ley sea respetada; mientras que para un iusnaturalista (quien cree por encima del derecho escrito existe el derecho natural), el valor justicia se concretara cuando en el supuesto puntual se respeten aquellos valores superiores.
Según algunos autores, la justicia es la virtud cardinal de retribuir a cada uno lo que por derecho le corresponde y que tiene carácter abstracto debido a que es un ente ideal que causa satisfacción cuando creemos que la misma se ha cumplido y nos causa molestia cuando creemos lo contrario.
Por su parte, el bien común es una de las finalidades a las cuales tienen derecho. El hombre con su actividad normal trata de realizar su propia superación; pero dado que vive en común con otros hombres, para lograr sus fines individuales necesita adecuarlos a la estructura de la cualidad. El hombre no puede actuar sin tomar en cuenta los factores de tipo colectivo que determinan el campo licito de la acción personal.
Con respecto al derecho tiene como finalidad regular la actividad regular y permitir la vida en sociedad, la cual busca un fin que es un fin común de todos los integrantes del grupo social. Así, de una mira de colectividad realizan sus normas en busca de un bien común. No es de menor importancia decir que no se puede conseguir norma alguna integrante del sistema jurídico que tenga como objeto el alcance de un fin individual.
Por otra parte, está la seguridad jurídica, esta se define como un criterio que se relaciona con el aspecto racional, étnico, técnico, positivo y sociológico del derecho. La existencia de este valor es la garantía dada al individuo de que su persona, sus bienes y sus derechos no serán objetos de ataques violentos, o que, si estos llegaran a producirse, serán aseguradas por la sociedad, protección y reparación.
El valor de la libertad no es un valor jurídico, es un valor espiritual. La libertad no aparece en la tabla de valores. En efecto teniendo en cuenta que la libertad es el presupuesto de la conducta y el derecho, se comprenderá la imposibilidad de que sea al mismo tiempo un valor jurídico. Esta elemental consideración ontológica impedirá toda confusión. siendo cierto lo afirmado debemos admitir que no es posible quitar totalmente la libertad (en sentido espiritual y no político), al ser humano, pues para ellos es necesario quitarle la vida.
Está la seguridad como valor jurídico, esta consiste en la garantía que el derecho proporciona respecto de la conservación y el respeto de los derechos de los miembros de la sociedad, consistente en el restablecimiento o reparación de los mismo en el caso de que estos sean violados, además proporciona a los ciudadanos la posibilidad de conocimiento anticipado de las consecuencias jurídicas de sus actos (seguridad subjetiva) para saber a qué atenerse; también implica la existencia de un ordenamiento jurídico que garantice un Estado de organización social y ofrezca un grado determinado de previsibilidad en la realización de los restantes valores superiores (seguridad objetiva).
Estos valores son aquellos que nos permiten convivir con otras personas dentro de una sociedad. El ser humano es libre para actuar, pero si cada uno hiciera lo que le parece podría agredir la libertad de la persona que vive a su lado. Por eso, hay unas normas de convivencia en una sociedad, como son las leyes. Las personas que incumplen las leyes, es decir, que roban o que agreden a otra persona, por ejemplo, son castigadas e incluso son separados de la sociedad en una cárcel. Sin embargo, hay otros comportamientos cívicos que no están recogidos por la ley, que pertenece al ámbito de los valores personales de cada uno. Por ejemplo, ser un mentiroso, en pequeñas cosas, no implica que vayas a ir a la cárcel, pero sí que cuando las personas de tu alrededor se den cuenta dejen de confiar en ti y puedas tener problemas para tener amigos, conservar un puesto de trabajo o tener una relación de pareja.