Crimen pasional y suicidio conmocionan un pequeño pueblo de Cuba

Cinco días después de matar a Lázara Herrera, su marido, Jorge Arcia, murió a consecuencia de un insecticida que tomó para suicidarse.

Un familiar de la víctima contó que Herrera, de 53 años, fue asesinada por Arcia, de 54, según el relato de un vecino que asegura haber irrumpido en la vivienda de la pareja, en el barrio El Guayabal, de Santa Isabel de las Lajas, tras producirse el crimen.

“Jorgito Alejo fue quien escuchó los gritos. Cuando entró en la casa encontró a Jorge sentado en un sillón y a Lazarita en otro. Jorge le dijo que la acababa de matar”, relató aún conmocionado por la noticia.

Tras, presuntamente, apuñalar y degollar a su esposa, Arcia intentó suicidarse tomando Tamaron, un insecticida que se utiliza para la agricultura en la zona. Después de cinco días intentando salvarlo, falleció el pasado viernes, debido a “múltiples complicaciones” producidas por la ingesta del tóxico, dijeron los médicos del Hospital Provincial.

Varias fuentes afirmaron que la víctima había recibido amenazas por parte de su esposo, pero nunca había presentado denuncias. El matrimonio tenía dos hijos.

La Policía dijo que no estaba autorizada a hablar del crimen. La prensa local no ha informado sobre el asesinato.

“Estas cosas, cuando pasan, se silencian en la prensa, porque no quieren que nos enteremos que somos un país como cualquier otro, donde ocurren hechos de violencia”, dijo vía telefónica Miguel Aniel, un vecino que asistió al funeral.

En mayo del pasado año en Cienfuegos, Tomasa Causse Fabat, de 64 años y su hija, Daylín Najarro, murieron a manos del ex marido de esta. En octubre de 2017 la joven Leidy Maura Pacheco Mur, de 18 años, fue violada por tres hombres que luego la mataron y la sepultaron en una arboleda a las afueras de la ciudad. Dos de los asesinos fueron sentenciados a cadena perpetua mientras el tercero fue sancionado a 30 años de cárcel.